Gotitas de nostalgia, charcos de abandono.

Me siento tan extraña.

Es muy bello ver la lluvia, como cualquier hada de lo que debería de cuidarme es de las gotas de rocío que me deshacen las alas, pero no. Lo más difícil de la tempestad son los golpes desoladores que me ahogan desde mi hogar.Es muy difícil seguir así, contra corriente.

Estoy sola pero tengo un rumbo, sin embargo creo que es más difícil tener un rumbo por que ya hay un lugar a donde llegar y a donde los demás se interpongan.Estoy triste y encorvada hacia el mundo que viene.Ahora le temo más a todo pero tengo más valor que nunca.

Duele tanto el mundo como es y no como lo imaginas, y sin embargo, después de esa muestra de violencia hacia mí no hace que yo deje de tener alas de mariposa llenas de colores que ciegan a quien se interponga de mala gana en mi camino.

¿Cómo pueden dejar que alguien con el corazón roto camine por la calle mientras piensa tantas cosas peligrosas?No es culpa del abandono ni la soledad, es culpa del nido y su triste arquitectura, perturbada y ruda con buenas intenciones pero las más erradas acciones.Quisiera de verdad vivir en una flor, no sería tan triste ni tan solitario.Y mi abeja favorita iría a verme, para hacerme sentir mejor.

Tuve el placer de charlar con una de mis lectoras (Wow, me oigo como gente importante) y es una maravillosa persona, me alegra que esto nos haya acercado y ha sido muy divertido conocernos hasta ahora.

Un saludito a Marie. Me ha encantado hablar con ella.

Un saludo más a quienes me leen, espero hayan disfrutado de la historia anterior.

Y un saludo más a mi editor; sí, eres lo único para mí.