Abandonado ya con mucho tiempo de anterioridad, este espacio se me ha ido empolvando creando un ambiente de poca esperanza en que vuelva a poner un dedo en este lugar. Pero volví.
Después de ajetreos sobre la maldita visa a un país consumista y creador de cadenas gigantes de comida chatarra me di tiempo de escribir en este mal tapizado espacio donde a veces me doy el gusto de plasmar mi verborrea cotidiana.
Por ahora como se que no hay tanto lector –al menos eso parece por el numero inconmensurable de firmas o comentarios que he recibido- he decidido comentar de algo quizás menos elaborado. Cosas que me aquejan diario en estas vacaciones en las que yo maldigo al verano como ritual para tener un mejor año escolar-Inténtenlo, a mi me ha funcionado.
Y mientras paso el tiempo pensando por que rayos no me he conseguido un trabajo aparte de el que tengo obligado o por que me persigue mi mala suerte de no poder entrar a ningún curso de pintura/dibujo/otra cosa de esas que me gustan, respiro hondo y maldigo al calor por que aun me asombra que no pueda estar cómoda ni con un aire encendido y lo mas trágico es que me moleste meterme a las piscinas por lo molesto que me resulta quemarme gracias al sol y su potencia universal contra mi piel.
En fin. Ahora mismo duermo en el suelo por que en este “dormitorio” no hay espacio y el mío, que contiene mi cómoda cama y un ambiente perfumado a gatos y gises pastel, quedó obsoleto por las noches desde el día en que se descompuso el aire acondicionado.
Para abstenerme de tantas quejas y las que podrían venir después de explayarme tanto. Me retiro a entumirme un poco la espalda y a descansar a medias.
Que pasen cálidas veladas y románticos veranos.